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Cómo llegarLa zona arqueológica está situada a 35 kilómetros de la ciudad de Mérida, en el estado de Yucatán y el acceso es por la carretera federal 80 que conduce a la población de Tixkokob.



es uno de los más importantes del norte de Yucatán y se conoce ahora con el nombre de Ruinas de Aké por la hacienda de San Lorenzo Aké que se erige sobre los vestigios de los antiguos mayas. El vocablo maya Aké se refiere a un apellido y por tanto, también puede señalar pertenencia a un linaje; en otro sentido, denomina a un tipo de planta (bejuco).

Al parecer la población prehispánica no tuvo relación con la actual. Esta última se desarrolló con el auge de la hacienda henequenera. Es posible que en sus inicios fuera una de las tantas estancias ganaderas de la época colonial, esto lo atestiguan los tres arcos coloniales situados al suroeste de la casa principal.

El edificio que alberga actualmente a la desfibradora, sobresale por su arquitectura afrancesada de principios de siglo. La iglesia del lugar fue edificada sobre una de las monumentales construcciones prehispánicas.


Historia del sitioSegún las investigaciones arqueológicas efectuadas en Aké, el área que cubrió el asentamiento prehispánico es de unos cuatro kilómetros. En su parte central se encuentra una plaza de grandes dimensiones, aproximadamente 20,000 metros, conocida como la Gran Plaza.

Alrededor de esta enorme área, se asientan los edificios más importantes del sitio, el principal, llamado De las Pilastras, cierra la Gran Plaza por el norte; los Edificios 2 y 6 la delimitan por el oeste; el 7 por el sur y, el 9 y 13 por el este.

Hacia la parte central-sur de la Gran Plaza, se levanta una estela, ahora lisa, que debió tener, en el pasado, recubrimiento de estuco con motivos ornamentales. Un gran sacbé, de 13 metros de ancho por 32 kilómetros de largo, une el grupo central de edificios de Aké con el sitio arqueológico de Izamal, situado al oriente.

Parte de este sacbé fue cubierto, posteriormente, por una muralla que rodea a Aké, lo que sugiere la existencia de conflictos entre estas dos grandes ciudades, alguna vez aliadas. En Aké hay, además, otros cuatro sacbeoob interiores.

Alrededor de la zona central de Aké se extiende la parte habitacional donde vivía el pueblo: se pueden observar los cimientos de sus pequeños cuartos sencillos construidos directamente sobre la superficie; otras veces se observan plataformas de piedra, hechas sobre las elevaciones naturales; sobre las que se edificaron las habitaciones de los grupos con mayor rango. Esto es prueba de la existencia de distintos grupos sociales en Aké.

De acuerdo con recientes trabajos de exploración en distintos puntos de Aké, este lugar fue ocupado, principalmente, a partir del Preclásico Superior hasta la Época Clásica, y sobrevive hasta 1450 d.C. (Posclásico Tardío), según las ofrendas y cerámica encontradas en el sitio.

Es posible que esta zona arqueológica haya tenido un papel importantísimo en la región. Así lo sugieren su gran tamaño, el amplio lapso en que fue habitado, la presencia del sacbéque lo unió a Izamal, y a los cuatro sitios intermedios que cruzan ese camino, y su situación geográfica (entre Tihó –la antigua Mérida– e Izamal).

El largo periodo que Aké fue habitado denota un amplio proceso de desarrollo, debió iniciarse como aldea incipiente, la que al crecer y fortalecerse se convirtió en una ciudad-estado, controlando la región.

El gran camino que unió a Izamal y a Aké tal vez fue, en un principio, producto de una relación de parentesco y política equilibrada. Rota esta relación, al imponerse el sitio mayor sobre el menor, es decir Izamal sobre Aké, controló una región geográfica más amplia.

Tomado de la miniguía editada por el INAH.

Días de visita: de martes a domingo.
Horario: de 9:00 a 17:00 horas.
Servicios: custodios.

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