Al parecer la población prehispánica no tuvo relación con la actual. Esta última se desarrolló con el auge de la hacienda henequenera. Es posible que en sus inicios fuera una de las tantas estancias ganaderas de la época colonial, esto lo atestiguan los tres arcos coloniales situados al suroeste de la casa principal. El edificio que alberga actualmente a la desfibradora, sobresale por su arquitectura afrancesada de principios de siglo. La iglesia del lugar fue edificada sobre una de las monumentales construcciones prehispánicas.
Alrededor de esta enorme área, se asientan los edificios más importantes del sitio, el principal, llamado De las Pilastras, cierra la Gran Plaza por el norte; los Edificios 2 y 6 la delimitan por el oeste; el 7 por el sur y, el 9 y 13 por el este. Hacia la parte central-sur de la Gran Plaza, se levanta una estela, ahora lisa, que debió tener, en el pasado, recubrimiento de estuco con motivos ornamentales. Un gran sacbé, de 13 metros de ancho por 32 kilómetros de largo, une el grupo central de edificios de Aké con el sitio arqueológico de Izamal, situado al oriente. Parte de este sacbé fue cubierto, posteriormente, por una muralla que rodea a Aké, lo que sugiere la existencia de conflictos entre estas dos grandes ciudades, alguna vez aliadas. En Aké hay, además, otros cuatro sacbeoob interiores.
De acuerdo con recientes trabajos de exploración en distintos puntos de Aké, este lugar fue ocupado, principalmente, a partir del Preclásico Superior hasta la Época Clásica, y sobrevive hasta 1450 d.C. (Posclásico Tardío), según las ofrendas y cerámica encontradas en el sitio. Es posible que esta zona arqueológica haya tenido un papel importantísimo en la región. Así lo sugieren su gran tamaño, el amplio lapso en que fue habitado, la presencia del sacbéque lo unió a Izamal, y a los cuatro sitios intermedios que cruzan ese camino, y su situación geográfica (entre Tihó –la antigua Mérida– e Izamal). El largo periodo que Aké fue habitado denota un amplio proceso de desarrollo, debió iniciarse como aldea incipiente, la que al crecer y fortalecerse se convirtió en una ciudad-estado, controlando la región. El gran camino que unió a Izamal y a Aké tal vez fue, en un principio, producto de una relación de parentesco y política equilibrada. Rota esta relación, al imponerse el sitio mayor sobre el menor, es decir Izamal sobre Aké, controló una región geográfica más amplia. Tomado de la miniguía editada por el INAH. Días de visita: de martes a
domingo. |