En tal caso Edzná significaría “Casa de
los Itzáes”. Otra posibilidad es que Edzná signifique “Casa del eco”. De
hecho, tal fenómeno acústico se da entre los principales edificios del
sitio.
A principios de nuestra era, lo mayas de Edzná instituyeron un gobierno centralizado que legitimó su poder político en base a la supuesta relación de los dirigentes con las deidades. La diferenciación social, el desarrollo de las artes, oficios y el intercambio a gran distancia permitió la concentración de bienes y de servicios en manos de una nobleza o clase dirigente. Las primeras construcciones de Edzná fueron hechas con grandes bloques burdamente labrados y recubiertos mediante un grueso aplanado de estuco que luego era pintado preferentemente de rojo. La decoración de muchas fachadas se hacía de mascarones, símbolos y personajes logrados en estuco modelado y pintados en varios colores. Todos esos elementos han sido considerados como característicos del estilo Petén. Paralelamente al desarrollo de Edzná, en la región norte de lo que es hoy Tabasco y el suroeste de Campeche, prosperaba otro grupo maya, el de los chontales o putunes. Esta etnia mantenía frecuente contacto con los pueblos de la costa central del Golfo y con los mayas peninsulares; su habilidad para navegar y comerciar a lo largo del litoral, les llevó a adquirir el dominio económico y político de nuevos territorios. La presencia y el arraigo de los putunes en Edzná conllevó fuertes cambios, los más evidentes fueron la ruptura en los sistemas constructivos, en las formas y espacios arquitectónicos. Los inmuebles Petén se desmantelaron parcialmente y las nuevas construcciones se hicieron con un mejor uso de la mampostería, creando sillares especializados, cada vez mejor cortados y cubriendo espacios más amplios. Importantes aportes fueron las columnas monolíticas o de tambores, así como piezas decorativas para los frisos, entre las que resaltan cilindros lisos, los tamborcillos con atadura o sillares con motivos en relieve. La arquitectura Puuc había llegado a Edzná. Los últimos siglos de vida precolombina de Edzná fueron de una gradual pérdida de poder político y económico. Cesó la gran actividad constructiva, dejaron de labrarse estelas y los edificios ya no recibieron mantenimiento. Es posible que hayan ocurrido importantes desórdenes sociales que aunados a problemas ambientales afectaron la productividad agrícola. A lo anterior podría agregarse el surgimiento de otras unidades políticas con mayor fuerza y la creación de nuevas rutas en las que Edzná no participará. Entre los años 1200 y 1400 se desmantelaron algunos edificios y se erigieron otros de menores dimensiones, mala calidad y aprovechando los materiales de construcciones previas. Algunas zonas, en especial los santuarios de los edificios más elevados, fueron visitados para efectuar ceremonias y depositar incensarios de forma humana. El registro arqueológico indica que alrededor de 1450 Edzná fue envuelta por el verdor de la selva.
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